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  • Foto del escritorHumanity Wings

Belgrado y Subotica (Serbia)

“Los muros no detienen, pero si hieren”

Diana Uribe


El cierre de la frontera macedonia no sirvió para impedir que miles de refugiados avanzaran en su recorrido hacia los países de Europa central. Pero antes de llegar a Alemania o Austria, principales objetivos de la mayoría de ellos, quedaba un último impedimento: el muro húngaro.


El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ha sido uno de los principales opositores a la acogida de migrantes por parte de las instituciones europeas. Él mismo declaró recientemente que no veía a los musulmanes como refugiados “sino como invasores”. Esta retórica belicista ayuda a entender el comportamiento de los policías fronterizos para con los que intentaban cruzar el muro. Muchos de los que regresaban tras el enésimo intento fallido, lo hacían tras haber sufrido detenciones, palizas, torturas o mordidas de perros. Otros, simplemente, no regresaban.


De Julio a Noviembre Humanity Wings se trasladó a Serbia. Nuestra segunda campaña veraniega, bautizada como Para Pacem, empezó en Belgrado (Беoград). En la capital serbia estuvimos realizando actividades para niños y jóvenes en las puertas del campo de Carnicha. Saltos de comba, partidos de futbol y trucos de magia fueron recurrentes en esos días.


La parte más dura de toda la estancia fue la que nos llevó a Subotica (Суботица), una ciudad situada en la frontera con Hungría. En los bosques que rodean a este municipio descubrimos una serie de improvisados campamentos donde decenas de hombres jóvenes esperaban su oportunidad de entrar en la Unión Europea. La mayoría de ellos eran afganos, sirios, pakistaníes o nepalíes que, a diferencia de los refugiados que conocimos en Grecia, viajaban solos. Un 60% eran menores de edad.


Durante nuestra estancia trabajamos juntamente con organizaciones como Escuela con alma, València Acull, NoNameKitchen y BelgrAid. En colaboración con Médicos sin fronteras, nos encargamos de suministrar agua potable y montar duchas semanales para tratar de mejorar la pésima calidad de vida de los habitantes de los bosques. También estuvimos trabajando con la asociación Fresh Response que, día tras día, compraba alimentos para combatir la desnutrición. Nuestra labor no fue precisamente sencilla, la policía serbia intentó boicotear constantemente todas y cada una de nuestras acciones. Más allá del racismo, sus motivaciones eran económicas.


En el siguiente vídeo un refugiado explica las amenazas y extorsiones a las que él y sus compañeros eran sometidos por parte de las corruptas autoridades.



Si la situación en Salónica era desesperante, el caso serbio va más allá. La tragedia se suma con lo absurdo. Todo lo que ven mis ojos parece sacado de un juego macabro ideado por una mente maligna. Los refugiados parecen compartir mi visión de las cosas y ellos mismos se refieren a sus intentos de cruzar la frontera como “game”. Nadie dice que va a jugarse la vida cruzando el muro húngaro, no hay lágrimas ni dramatismo, simplemente sonríen y dicen que, por séptima vez, van a jugar al “game”.


Los aquí presentes pasan sus días en lugares como una estación ferroviaria abandonada situada junto a un club de striptease. Dentro de una vagon oxidado, un afgano lleno de cicatrices se lía un enorme porro de hachís mientras mira hacia la nada. Su sonrisa es la de aquel que ha perdido toda esperanza.

Joan Simó


Los responsables de coordinar este proyecto fueron Pilar y Mercedes Sánchez, Pep Carbó, Maite Vega y Anna Miranda. A ellos se unieron un total de 32 voluntarios. Sus nombres son:


Jaume Abad

Marina Adán

Jordi Bronchal

Ariadna Campoy

Andrea Expósito

Carlota Ferreres

Mariona Ferreres

Cristina Garcia

Dario González

Laia Hernández

Pablo Herrero

Paula Lladó

Nil Manrique

Ona Manrique

Xevi Manrique

Paula Miranda

Juan Moraño

Marc Parera

Carlota Patullé

Pau Plana

Camil Piqué

Hannah Ribas

Riky Ribas

Alba Rodríguez

Omar Sabri

Marc Salvadó

Carla Samon

Juan Sánchez

Joan Simó

Clara Valés

Maria Vila

Mercè Villar


Humanity Wings tuvo el honor de contar con la ayuda de diversos voluntarios que, en un inicio, no tenían ningún tipo de relación con nosotros. Todo hubiese sido muy diferente sin Anna, Roser, Paula, Júlia y Maite de BelgrAid; Hanna, Chrisi y Celia de Fresh Response; Liza de MedVint; Raisa, Jaime, Alex, Jita, Javi y Ale de Go to Serbia; Anna de València acull y Rania de Escuela con alma.


Junto a nosotros también convivieron Eva Serós, José Marner, Ida Gugus, Frank Rodríguez, Ilona Watorska y Antonio Sempere. Coincidimos con ellos en Serbia mientras, a través de sus proyectos periodísticos (Refugeless, A Serbian Documentary y A pie de valla) trataban de reflejar la situación de las personas migrantes atrapadas a las puertas de la Unión Europea.


En cuanto a lo económico, en esta campaña se recaudaron 9.541,36 €. Un dinero que fue invertido de la siguiente forma:


EN BELGRADO

Material para niños = 793,95 €


EN SUBOTICA

Agua potable = 1.985,10 €

Comida = 1.735,25 €

Jabón = 286,00 €

Zapatos = 215,45 €

Farmacia (curas básicas) = 125, 97 €


OTROS

Gasolina y autopistas = 978,72 €

Alquiler de furgonetas = 2.370,42 €

Alquiler de casa y manutención = 1.050,50 €

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